Os dejo una reflexión de Ricardo Arjona sobre las Costumbres, aquella cosa que sin querer realizamos, por costumbre.
Y no queríamos, pero es un círculo vicioso, el cual es ya costumbre.
Tomemos nota y desacostumbrémonos de las costumbres, para así poder crear nuestras costumbres propias :)
Transcripción del monólogo de Ricardo Arjona sobre
“Las Costumbres”
Uno llega a detenerse en el tiempo,
echa un vistazo al costado izquierdo, al derecho,
y comienza a hacer una especie de inventario,
de las cosas que pasaron,
y saca las conclusiones de lo bueno y de lo malo.
Y yo llegué a concluir un día de tantos en una locura
que no había nada mejor en este mundo que los niños,
y nada peor que la costumbre, pero los acostumbramos.
Vamos haciendo que se parezcan a nosotros,
tiene que ser igual que su papá –dice la abuelita-,
como si el papá fuera la gran cosa y les heredamos todo:
Les heredamos nuestros vicios,
nuestros complejos, nuestras culpas,
nuestra religión, nuestro partido político,
y hasta nuestro equipo de futbol.
Para que se parezca al papá.
Y luego, cuando cumplen 7 años dice la mamá del niño:
el se está poniendo como pesado,
está como envidioso, rencoroso,
y es cuando comienzan a dar sus primeros síntomas.
Luego el muchacho crece, va a un bar, ve a una mujer, ella le ve,
se enamoran, y tocan el cielo, el paraíso por unos meses,
hasta que por costumbre toman la decisión acostumbrada,
se visten como de costumbre, invitan a los de costumbre,
van al lugar de costumbre, se ponen enfrente de un tipo que los ve,
aburridamente acostumbrado a lo mismo de siempre,
y les lanza a quemarropa la que sin duda es la frase más lapidaria que se haya inventado en cualquier idioma:
”Los declaro marido y mujer… hasta que la muerte os separe”.
Ella se asusta un poco porque dice:
bueno entonces me puedo poner un poquito gordita,
porque de todos modos ese estilo tengo…
hasta que la muerte nos separe…
El otro va por ahí, se vuelve un poco loco porque se dice:
a la gorda la tengo de todos modos,
hasta que la muerte nos separe...
Y luego se vuelve más adulto,
y se acostumbra a ser adulto,
entonces se refugia en las noticias.
Le agarra una cosa terrible con las noticias.
Se para en la mañana y lee el periódico completo,
y llega en la noche cansado del trabajo
y prende el noticiero,
porque siempre es bueno saber
que hay alguien que está más jodido que uno.
Y el tipo está ahí pendiente,
hasta que de repente uno se da cuenta,
se para en el camino y dice:
será porque vivo esta vida porque me gusta,
porque me la paso bien,
o por costumbre.
Y no queríamos, pero es un círculo vicioso, el cual es ya costumbre.
Tomemos nota y desacostumbrémonos de las costumbres, para así poder crear nuestras costumbres propias :)
Transcripción del monólogo de Ricardo Arjona sobre
“Las Costumbres”
Uno llega a detenerse en el tiempo,
echa un vistazo al costado izquierdo, al derecho,
y comienza a hacer una especie de inventario,
de las cosas que pasaron,
y saca las conclusiones de lo bueno y de lo malo.
Y yo llegué a concluir un día de tantos en una locura
que no había nada mejor en este mundo que los niños,
y nada peor que la costumbre, pero los acostumbramos.
Vamos haciendo que se parezcan a nosotros,
tiene que ser igual que su papá –dice la abuelita-,
como si el papá fuera la gran cosa y les heredamos todo:
Les heredamos nuestros vicios,
nuestros complejos, nuestras culpas,
nuestra religión, nuestro partido político,
y hasta nuestro equipo de futbol.
Para que se parezca al papá.
Y luego, cuando cumplen 7 años dice la mamá del niño:
el se está poniendo como pesado,
está como envidioso, rencoroso,
y es cuando comienzan a dar sus primeros síntomas.
Luego el muchacho crece, va a un bar, ve a una mujer, ella le ve,
se enamoran, y tocan el cielo, el paraíso por unos meses,
hasta que por costumbre toman la decisión acostumbrada,
se visten como de costumbre, invitan a los de costumbre,
van al lugar de costumbre, se ponen enfrente de un tipo que los ve,
aburridamente acostumbrado a lo mismo de siempre,
y les lanza a quemarropa la que sin duda es la frase más lapidaria que se haya inventado en cualquier idioma:
”Los declaro marido y mujer… hasta que la muerte os separe”.
Ella se asusta un poco porque dice:
bueno entonces me puedo poner un poquito gordita,
porque de todos modos ese estilo tengo…
hasta que la muerte nos separe…
El otro va por ahí, se vuelve un poco loco porque se dice:
a la gorda la tengo de todos modos,
hasta que la muerte nos separe...
Y luego se vuelve más adulto,
y se acostumbra a ser adulto,
entonces se refugia en las noticias.
Le agarra una cosa terrible con las noticias.
Se para en la mañana y lee el periódico completo,
y llega en la noche cansado del trabajo
y prende el noticiero,
porque siempre es bueno saber
que hay alguien que está más jodido que uno.
Y el tipo está ahí pendiente,
hasta que de repente uno se da cuenta,
se para en el camino y dice:
será porque vivo esta vida porque me gusta,
porque me la paso bien,
o por costumbre.
Ricardo Arjona, Costumbres
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