¿Cómo te va todo?, ¿Llegas a fin de mes con tu sueldo?, ¿Te va todo bien en tu matrimonio?, ¿Te cuida tu marido?, ¿Cuántas veces haces el amor a la semana?, ¿Tu marido es bueno en la cama?, Oye, ¿y no estará con otra?... esa son las preguntas más frecuentes que suelen hacerte un tipo de personas tan desgraciadas y despreciables que ni siquiera ellas mismas se aguantan.
Y el hecho es que, para no acordarse de sus problemas, se refugian en la vida de los demás.
Quizás, tengan la suerte de no tener problemas, o a lo mejor sus problemas lo evaden cotilleando y difamando sobre la vida de otros, pero el caso es que estamos rodeados de pirañas sin escrúpulos que intentan destrozar tu vida a base de injurias y calumnias. Mentir, ensuciar su imagen, difamar sobre su persona, cualquier cosa para destruir a quien creemos nuestro rival.
Es muy triste observar como nuestra vida es cebo para alimentar a las mentes más retorcidas, para que estas después tengan tema de conversación con terceros regocijándose y cachondeándose de la verdad que ellos cuentan. Porque suele ser solo eso, su verdad. Verdad que no se parece en absolutamente nada a la realidad, pero necesitan hablar mal.
El desarrollo de la historia sería la siguiente: Persona 1 (Piraña) se ensaña con Persona 2 (Victima) y a partir de ahí tiene que desarrollar el asesinato (Difamación). La Piraña habla con la victima, después de un rato de conversación piraña llama a una amiga/o para contarle todo lo contrario. Los dimes y diretes se van enmarañando cada vez más, hasta convertirse en la conjura de las mentes retorcidas.
¡Que vidas más aburridas!, al final hasta me darán pena, pues su mala leche no es más que un reflejo que la propia infelicidad con ellas mismas.
A quien se vea reflejado como la Piraña: Recomiendo que se compre un pasatiempos, que vaya a clases de Tai Chi o a Yoga para transmutar esa mala leche.
A quien se vea como la Victima: Coge una silla y siéntate en tu puerta, verás pasar el cadáver de tu vecino.
A quien se sienta utilizada como la Persona 3: Uff, no cojas el teléfono, ¿no te das cuenta que está trastornada?. Si lo coges, llama después a la victima, y reíros un poco de las locuras de la gente.
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